jueves, 23 de agosto de 2007

Entre barricadas, pollos y sueldos éticos


Hoy día, después de dejar a Raimundo en el colegio, me vine escuchando la radio Cooperativa (que por deformación profesional escucho prácticamente cada vez que ando en auto)... hablaban de la huelga de los trabajadores de Agrosuper, que sólo el 10 por ciento de los empleados estaba trabajando... que habían pasado la noche afuera de la faenadora... que casi todos viven en pueblos cercanos y mantienen a sus familias con sus pegas... que algunos pasan gran parte del día en una cámara de frío con 18 grados bajo cero... ésa es su pega, faenar pollos y chanchos en un freezer.

Les juro que no soy socialista... y puede que a algunos les parezca una exageración tanto escándalo porque les descontaron 21 mil pesos. Un bono que les habían dado para almorzar y que ya no se justificaba después de la creación de un casino (ni nos preguntemos qué almorzaban con mil pesos diarios, porque eso no viene al caso). No puedo dejar de pensar en el tema... o sea, a mí me complicaría que me descontaran 21 mil pesos... pero a ellos prácticamente los arruina. Porque si ganas 200 lucas, es el 10 por ciento de tu sueldo... de un día para otro, tienes el 10 por ciento menos. ¿Qué pasaría si a los gerentes de esa misma empresa, que ganan 6 millones de pesos, les descontaran de un día para otro 600 lucas?

Una vez más, esta semana me he sentido orgullosa de pertenecer al San Ignacio... cuando veo al padre Fernando Montes hablando del "sueldo máximo ético" veo lo que más me gusta de los jesuitas... que son capaces de ponerse en el lugar de los demás. Tiene mucha razón cuando dice que los trabajadores están juntando rabia... que hay sueldos que definitivamente hieren susceptibilidades y que, si a los economistas les pagaran 144 mil pesos por un tiempo, seguro encontrarían una solución.

No es que esté de acuerdo con que se quemen neumáticos, se hagan barricadas o se tiren piedras... pero lo puedo entender. Sólo hay que imaginarse que esa persona a la cual le van a descontar 21 mil pesos, se demora 30 meses en ganar lo que su jefe recibe en un mes... y que esos 21 mil pesos son comida, leche y calefacción que ya no recibirán sus familias.

1 comentario:

Artemio Espinosa Mc dijo...

Que lindo artículo, te felicito Marcela. La verdad no entraba hace muchísimo tiempo al blog, a riesgo de que lo cerraran.

No puedo estar más de acuerdo contigo y sí, yo sí me considero socialista, pero tampoco esoy de acuerdo con los desmanes y quemas de neumáticos, porque en eso no radica el ser socialista, sinó más bien en creer que somos iguales y merecemos lo mismo, sin importar donde te encuentres, quién seas ni qué oportunidades tuviste en la vida.

El asunto es que para construir una sociedad justa se necesita que nos metamos la mano al bolsillo y nos duela un poquito. Sin dolor no se crece.

¿Cuanto nos ha dolido el que las verduras estén casi más caras que la carne? Quizás para algunos nada, pero te aseguro que para la gran mayoría muchísimo. Y no hablo del 10% del sueldo, sinó simplemente de unos pocos pesos más. Ahí nos comenzamos a dar cuenta que las cosas valen y debemos cuidarlas, ahí algunos se percatan que deben haber miles, millones quizás, que sufren más que yo, ya que ganan menos y el aumento de precios no hace diferencia social. Pero lamentablemente nos damos cuenta cuando nos toca el bolsillo, no antes.

Mi invitación, y es algo muy personal, es a darnos cuenta que tenemos muchas cosas, hemos sido favorecidos por la mano de Dios y claramente todo, absolutamente todo lo que tenemos se lo debemos a la gracia divina, por lo tanto son "talentos", que debemos explotar y entregar a los demás, debemos compartir en pro de una sociedad más justa. Debemos devolver la gratuidad a quienes no la recibieron, porque de otra forma nos van a pasar la cuenta en el más allá, que es donde de verdad vale la pena tener un crédito hipotecario, el cual sólo se puede pagar con justicia, entrega, abnegación, compromiso, verdad, pero principalmente con amor.